La modernización necesaria

Empresas de todos los tamaños y ámbitos de actividad tendrán que hacer frente tarde o temprano a estos modernos imperativos corporativos: ejecutar la transformación digital, implantar una cultura continua de innovación y retener el talento.

Con la globalización, la llegada de las nuevas tecnologías y el aumento del número de nativos digitales, es necesario que todas las empresas que quieran continuar y prosperar en el mercado, atrayendo, reteniendo y fidelizando a usuarios y consumidores, lleven a cabo su transformación digital.

Se trata fundamentalmente de replantear la forma en que se recopila, almacena, utiliza y comparte la información empresarial, lo que da lugar a interacciones más ágiles, seguras, sostenibles y transparentes, proporcionando una experiencia renovada de uso y consumo para todos los actores del ecosistema.

Resulta que, con el rápido avance de la tecnología, es crucial llevar a cabo no sólo la transformación en sí, sino sobre todo el desarrollo interno de una cultura de la innovación. La transformación está muy bien, pero tiene una vida útil corta si no se revisa y actualiza constantemente de forma ágil, natural y continua.

Repensar, crear, renovar y transformar son acciones que sólo pueden llevarse a cabo mediante la creatividad del intelecto humano. Para prosperar, por tanto, es esencial que las empresas inviertan en formar y dedicar sus talentos a la innovación, sin olvidar que antes es necesario modernizar la actual cultura empresarial.

Fomentar la meritocracia, estructuras organizativas menos verticales, dotar a los equipos de mayor autonomía y responsabilidad, crear un entorno propicio a la búsqueda de la excelencia, dedicar tiempo de los empleados a la formación y a compartir conocimientos, flexibilizar el modelo de trabajo y fomentar los fines altruistas son sólo algunos ejemplos de las necesarias adaptaciones que acompañan a esta necesaria modernización.

Es importante recordar que la creatividad no es algo que podamos controlar, ni siquiera exigir que se manifieste en tal o cual momento concreto, pero ya sabemos que podemos crear las condiciones para que se estimule. Promover situaciones de interacción y colaboración, organizar a las personas en equipos diversos y heterogéneos, aceptar que los errores forman parte del proceso de aprendizaje, crear entornos de trabajo amplios y sin tabiques, implantar pausas regulares durante la jornada laboral, respetar los tiempos de descanso de los empleados, crear zonas de relax, a ser posible en contacto con la naturaleza, y fomentar hábitos de vida saludables son sólo algunas de las formas de contribuir al bienestar físico y mental de todos, así como de fomentar la innovación continua en toda la empresa.

Nunca en nuestra historia ha estado tan clara la necesidad de prestar atención a nuestros talentos, pero como la naturaleza no se cansa de enseñarnos, es importante preparar primero el "suelo" para que las "semillas" puedan crecer y multiplicarse.

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La expansión del desarrollo Low-Code