Lo mejor de dos mundos
No hace tanto tiempo, la industria musical sólo nos ofrecía la opción de comprar el álbum completo de un artista, aunque tuviéramos poca adhesión al repertorio completo y sólo quisiéramos escuchar una o dos canciones de esta selección, lo que generaba frustración, derrochaba dinero y generaba poca innovación. Con la aparición de las plataformas de venta de canciones sueltas, de repente tuvimos la libertad de hacer nuestra propia selección musical, poniendo a trabajar nuestra creatividad y combinando nuestras canciones favoritas en diversas listas de reproducción, cada una adecuada a la ocasión. Ahora es el momento de que esta misma transformación llegue a la "industria" del desarrollo de sistemas y aplicaciones.
La trayectoria de una empresa está rodeada de desafios, que a menudo la obligan a reinventarse constantemente y a desarrollar nuevas soluciones para el éxito de su negocio. En un mundo cada vez más digital, es natural que la tecnología sea un aliado importante en el proceso de innovación de toda empresa, cuya adopción siempre viene acompañada de una decisión importante: comprarla ya hecha o crearla internamente.
Hasta hace poco, las empresas estaban muy centradas en utilizar la tecnología para aumentar su eficiencia operativa, y para ello invertían mucho tiempo y dinero en numerosos proyectos de digitalización de procesos. Con la vista puesta en la rapidez de implantación prometida, la mayoría de ellas decidieron comprar soluciones ya hechas y adaptar sus procesos empresariales a los paquetes de sistemas y aplicaciones disponibles en el mercado. Una decisión que sólo tuvo un éxito relativo.
Por muy completas que intenten ser estas soluciones estandarizadas, la realidad es que no hay dos empresas iguales, por lo que siempre ha sido necesario contratar muchos servicios adicionales de personalización y parametrización, incrementando los costes de adquisición, mantenimiento y evolución de estos sistemas y aplicaciones, y planteando dudas sobre la escasa adopción de los procesos ya incorporados en estas soluciones y la propiedad intelectual de las mejoras implementadas.
Para evitar estas cuestiones, muchas empresas han optado por seguir el camino inverso y han contratado a factorías de software para que desarrollen sistemas y aplicaciones a medida que se adapten quirúrgicamente a sus procesos empresariales. Se han reducido los costes, pero se ha perdido rapidez y, sobre todo, creatividad. Al hacerse todo en exclusiva, sólo se hace lo que se pide, con lo que se pierde la oportunidad de adoptar innovaciones introducidas en otras empresas del ecosistema, una característica interesante de las soluciones estandarizadas.
Afortunadamente, la tecnología ha avanzado y hoy podemos encontrar lo mejor de ambos mundos en la plataforma de microservicios de OutSystems. Se trata de una plataforma de desarrollo Low-Code, turboalimentada con IA, que permite a las empresas desarrollar rápidamente sus servicios a partir de componentes preconfeccionados que están disponibles gratuitamente en un repositorio alimentado por un inmenso ecosistema de desarrolladores repartidos por todo el mundo.
A continuación, los servicios se combinan para crear los sistemas y aplicaciones que necesita la empresa. Así, una integración con un sistema heredado, un cálculo del riesgo empresarial, la aplicación de una plantilla de SLA o incluso el uso de un modelo de transcripción de voz turboalimentado con IA se desarrollan una sola vez, a partir de componentes creados por esta gran malla de mentes conectadas, y se utilizan allí donde se necesitan.
Los sistemas y aplicaciones se desarrollan a menor coste, de forma más rápida y creativa, y sin barreras de propiedad intelectual. Con esta arquitectura, es mucho más fácil hacer mejoras y llevar a cabo el mantenimiento, lo que ayuda a las empresas a gastar más dinero en innovación y menos en operaciones. Además, los sistemas y aplicaciones desarrollados sólo utilizan los recursos que se necesitan y cuando se necesitan, una solución mucho más racional desde el punto de vista del consumo energético y muy alineada con las iniciativas de sostenibilidad de las empresas.
En un futuro próximo, veremos cómo las soluciones estandarizadas sólo se utilizarán en casos muy concretos, en los que exista una adhesión muy fuerte a un uso particular. Todas las demás necesidades serán satisfechas por una única plataforma tecnológica, compuesta por una enorme biblioteca de servicios, combinados de forma racional para crear sistemas y aplicaciones a los que accederán usuarios con licencia para la propia plataforma, y no para cada sistema o aplicación individual, lo que representará un enorme ahorro en licencias de software y servicios.
Aunque sigue predominando el uso de soluciones estandarizadas, principalmente en sistemas y aplicaciones heredados, es un hecho que este escenario va a cambiar mucho, y en poco tiempo. Las empresas de hoy se enfrentan a desafíos más complejos que hace unos años, principalmente relacionados con la producción continua de innovación y la provisión de experiencias personalizadas para sus clientes, y es difícil imaginar que las soluciones estandarizadas puedan ayudarles a seguir prosperando.
En la industria musical, si eres un gran fan de un artista concreto (gran adhesión), puedes seguir comprando el álbum entero (solución estandarizada), pero para todos los demás, la libertad de elegir sus propias canciones (servicios), combinarlas en su propia lista de reproducción (sistemas y aplicaciones) para satisfacer necesidades concretas y particulares, y racionalizar el uso de recursos (dinero, tiempo, energía) en este proceso es ya una realidad. Es la unión entre comprar ya preparado y hacerlos en casa.
Del mismo modo, la plataforma de microservicios de OutSystems ofrece la unión de estos dos mundos para la "industria" de desarrollo de sistemas y aplicaciones, y lo mejor es que ya está disponible hoy mismo.